OBJETIVOS: Que los niños aprendan a depender de Dios.
1 PEDRO 5:7
TEXTO BÍBLICO: Pongan sus
preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ustedes.
Pepe
Un día Pepe le preguntó a su mamá si le podía comprar
nuevos zapatos. Los que tenía estaban tan viejos y gastados que le daba
vergüenza ir a la escuela. La mamá miró los zapatos con tristeza. Realmente
estaban muy gastados, y con gusto le hubiera comprado nuevos zapatos; pero no
tenía dinero suficiente. –Pepe, me parece que te pueden durar un poco más estos
zapatos –le dijo–. El dinero que tengo sólo alcanza para comprar los alimentos
que necesitamos. Por favor, hijo, no me pidas zapatos.
LAS
LÁGRIMAS DE PEPE
Pepe no podía comprender por qué sus padres no
podían comprarle zapatos. Se puso a llorar amargamente. Su mamá se sintió muy
triste al verlo llorar. –No llores, Pepe –le dijo–. Papá y yo no podemos
comparte los zapatos; pero se los vamos a pedir a Dios, nuestro Padre en el
cielo. Él nunca nos abandona. Sin perder tiempo se arrodillaron junto a la cama
y pidieron a nuestro buen Dios un par de nuevos zapatos para Pepe
DIOS OYE LA ORACIÓN
Con la
seguridad de que Dios iba a contestar la oración, la mamá de Pepe fue a hacer
las compras. En la tienda donde fue a comprar, el dueño le dijo: –¿Ha tenido
usted buena suerte hoy, señora? Parece estar muy contenta. –De ninguna manera
–contestó ella–. Al contrario, el tiempo es malo. Estoy contenta porque sé que
Dios nos ayuda. –Sí, eso es bueno; pero hay mucha gente que siempre se queja.
¿Qué la alegra hoy? –Como le dije, Dios nos ayuda. Estoy contenta porque sé que
Dios ha escuchado la oración que le hicimos mi hijo y yo.
UN PAR DE ZAPATOS
Cuando
la mamá de Pepe terminó de hacer sus compras, el dueño de la tienda le dijo:
–Tengo
un par de zapatos casi nuevos que mi hijo Alfredo no puede usar. Creo que él es
un poco más grande que su hijo Pepe. Si me permite, se los daré. ¡Qué feliz se
sintió la mamá de Pepe! Le contó al buen hombre que ese día ella y Pepe habían
pedido a Dios un par de zapatos.
DIOS ES UN PADRE
AMOROSO
Una y
otra vez el dueño de la tienda repetía: –¡Es verdad que Dios cuida de sus
hijos! Después de agradecer al dueño de la tienda por los zapatos, la mamá de
Pepe volvió a casa. Se imaginaba la cara feliz que iba a poner su hijo. ¡Una
vez más su Padre celestial les había mostrado su amor y cuidado!
¿QUÉ PIENSAS? En tu opinión, ¿quién crees que se alegró más? (1) El
hombre que Dios usó para contestar la oración de Pepe y su mamá; (2) la mamá de
Pepe; (3) Pepe, al ponerse los nuevos zapatos.
DIOS CUIDA DE TI
¿Tienes una necesidad? Dios es tu Padre y Él
cuida de ti. No siempre la respuesta a nuestras oraciones llega tan rápidamente
como con Pepe; pero Dios nunca falla. De distintas maneras nos muestra su amor.
Confía en Él de todo corazón.
Filipenses 4:19 Mi
Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en
Cristo Jesús
No hay comentarios:
Publicar un comentario